Edificio Murillo Toro

Inmueble de 7 pisos de altura, paramentado en un predio rectangular, que ocupa toda la manzana, y cuyas dimensiones son de 43.81 m de frente sobre la carrera séptima por 94.10 m de fondo, logrando una proporción de 1 a 2.14 veces aproximadamente. La ocupación del predio se realiza a partir de un volumen con forma de torre rectangular, la cual posee un basamento tanto en su fachada principal sobre la carrera 7 y su fachada posterior sobre la carrera 8, la cual tiene una mayor jerarquía, a pesar de que por la carrera 7 es el acceso principal, debido a la diferencia de nivel entre ambas carreras. Se accede desde ambas carreras a través de unas escalinatas que conducen a los accesos localizados sobre un eje central, el cual atraviesa toda la edificación a partir de un gran vestíbulo central que distribuye a los espacios en cada costado; además, se localizan otros accesos en el primer piso del costado norte, correspondientes a varios locales comerciales. La fachada se estructurada a partir de 3 cuerpos enchapados en piedra: uno central y 2 laterales, los cuales han sido unificados tras la última intervención. La estructura del edificio se basa en grandes pórticos en concreto y cubierta plana de concreto con acabado impermeabilizado.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble proveniente del periodo de la Transición, construido hacia 1940 sobre una cimentación y estructura ya planteada por Hernando González Varona. Posteriormente, Bruno Violi realiza unas modificaciones y hacia la década de 1980 se realizan otras. Estos hechos consolidaron a este edificio como uno de los inmuebles que remplazó al conjunto religioso de Santo Domingo, el cual empezó su proceso de demolición hacia 1939 y finalizó en 1947, cuando fue demolida la iglesia que quedaba en el espacio que hoy ocupan los predios de la manzana 12, colindante hacia el sur. En su origen, el edificio fue bautizado como el Palacio de las Comunicaciones, luego como Edificio Murillo Toro, en honor al expresidente de los “Estados Unidos de Colombia”, quien gobernó durante dos periodos interrumpidos en la segunda mitad del siglo XIX. Conserva su uso original institucional y pertenece al Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble posee un alto grado de valor histórico debido a que, en un principio, fue uno de los inmuebles que remplazó al antiguo complejo religioso de Santo Domingo. Su construcción ha generado un fuerte debate en torno a los edificios construidos sobre otros más antiguos o demolidos. En principio, allí funcionaba el Palacio de las Comunicaciones, que hoy en día es Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Su nombre hace honor al ex presidente Manuel Murillo Toro, quien promovió las comunicaciones en el país mediante la creación de varios periódicos y la importación del telégrafo.

Valor estético: Hace parte del conjunto urbano que compone el contexto del centro administrativo, ligado a edificios estatales como el Palacio de Justicia. Posee 4 fachadas que se relacionan entre sí y con sus predios vecinos, componiendo un perfil urbano importante sobre la carrera séptima. Se destaca el uso de materiales como la piedra muñeca o bogotana, el vidrio, las nuevas estructuras porticadas de concreto y de grandes luces. Tiene una composición geométrica sencilla, basada en líneas ortogonales y vanos rectangulares, que, junto a su proporción volumétrica, consolida una altura uniforme junto a las demás manzanas.

Valor simbólico: Es uno de los inmuebles que remplazó al conjunto religioso de Santo Domingo y es parte de la obra del arquitecto italiano Bruno Violi, personaje importante en la historia de la arquitectura en el país. Además, representa en sí mismo la presencia estatal en el centro de la ciudad, al tratarse de la sede del Ministerio de las TIC.