CL 16 7 71

Inmueble de 2 pisos, paramentado en un predio esquinero con forma irregular, cuyas dimensiones son: frente de 17.00 m y fondo de 43.68 m, logrando una proporción de 1 a 2.5 veces aproximadamente, con frentes sobre la Calle 16 y la Carrera 8ª. La ocupación del predio se realiza a través de un volumen con 2 patios laterales y un patio posterior. El primer piso consta de 7 locales comerciales con acceso independiente desde la calle. El acceso principal se localiza sobre la calle 16 y consta de un zaguán que conduce al primer patio lateral. Las fachadas constan de 2 niveles con vanos verticales, cornisa de remate superior, alero y zócalo. El frente de la Calle 16, en el primer piso, consta de la portada de acceso principal, 6 vanos de acceso a locales y 1 vano de vitrina; en el 2° piso cuenta con 8 vanos de ventana, 6 de estos con balcón tipo tribuna y 1 con balcón que posa sobre la portada. El frente de la Carrera 8ª , en el primer piso, consta de 2 vanos de acceso a locales y 4 vanos de vitrina; en el 2° piso consta de 2 vanos centrarles de puerta ventana y balcón corrido y 2 gabinetes en madera a los extremos. El sistema estructural es de muros de carga, y entrepiso y cubierta a 2 aguas con estructura de madera. Los materiales de los muros son en adobe y ladrillo, revestidos de pañete y pintura; la carpintería es de madera en ventanas y gabinetes; y carpintería metálica en puertas de acceso y barandas; los pisos son de baldosa de cemento y madera.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a principios del siglo XIX, construido sobre lo que fue un inmueble colonial. Destinado a uso residencial; ha cambiado a un uso mixto con comercial, el cual mantiene a pesar de que en su gran mayoría el inmueble aparentemente se encuentra desocupado. Es propiedad de Helena Gutiérrez de Torres. No se conocen datos de autor, diseñador o constructor. Según Plano de Codazzi (1849) era una manzana atípica dominada por el convento de los franciscanos y extendida hacia la actual Carrera 8 A. De la Rosa (2014), describe una edificación compacta con tres patios claustrados con solar hacia la Calle 16 usado como huerta. Barón, et al. (2014) deducen del plano de Carlos Clavijo de 1894, que la edificación ya aparece en el periodo republicano, con uso institucional, posteriormente comercial y que perteneció a familiares del expresidente Eduardo Santos, pero jamás usado como residencia. Hoy uno de sus locales es El Café San Moritz, el cual fue fundado por Guillermo Wills hacia 1937 (Barón, et al., 2014). La edificación no fue destrozada por los incendios del 9 de abril de 1948, quizá por las tendencias liberales del propietario del Café (Barón, et al., 2014). La casona está marcada por la memoria urbana del eje peatonal de la Calle 16, antigua ‘Calle del Arco’. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble fue construido a principios del siglo XIX, de fácil lectura en su tipología original y lenguaje arquitectónico a pesar de sus intervenciones. Junto con las iglesias de La Veracruz, San Francisco y La Tercera, se constituye en una de las edificaciones más antiguas de la manzana, que no alcanzaron a ser destrozadas tras los incendios del 9 de abril de 1948. La casona además de representar la arquitectura contextual de la ciudad del siglo XIX, está marcada por la memoria urbana del eje peatonal de la Calle 16, antigua ‘Calle del Arco’, reconocida por el paso elevado que unía la Tercera con el Convento de San Francisco y por su acceso al Parque Santander, flanqueado por los dos campanarios y el remate hacia el costado donde se ubicaba la desaparecida Capilla del Humilladero.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma integral a pesar de sus modificaciones, es la única construcción representativa del siglo XIX dentro de la manzana. La fuerza del volumen alargado hacia el estrecho eje de la calle 16, se destaca por su sobriedad y es acentuado por el alero perimetral de cubierta que le da un aspecto regocijador al perfil urbano percibido desde la Carrera 8ª, contrastante con la austeridad del empedrado muro de la iglesia de La Tercera. Los gabinetes dispuestos a cada costado del frente de la Carrera 8ª, evidencian el carácter comercial y jerárquico que tuvo este sector desde principios de siglo XIX.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del marco urbano que define el Centro Histórico, representa la traza de la ciudad de la época. Se vincula con el Café como lugar de encuentro desde la sociedad republicana de inicios del Siglo XX. Se destaca su ubicación en el patio principal de la casona y su acceso por la portada de la Calle 16. Constituye un referente de acontecimientos históricos para producciones de cine y televisión (Barón et al., 2014).