CL 12 B 43

Inmueble de 1 piso paramentado en un predio medianero con forma trapezoidal, cuyas dimensiones son: frente de 10.12 m y fondo de 22.38 m, logrando una proporción de 1 a 2.2 veces aproximadamente, con frente sobre la Calle 12 B. La ocupación del predio se realiza a través de un volumen con una sucesión de 1 patios lateral y otro posterior , con uso residencial. De acuerdo con documento de inventario de la Corporación La Candelaria, a él se ingresa a través de un zaguán lateral junto al espacio original de sala, el cual fue dividido en otros 3; posterior a ellos, otros 3 espacios en torno al patio. A continuación, en un nivel inferior, con escalonamientos en pasillos, existen otros 6 espacios flanqueando el patio central. La fachada, sobre una acera elevada, consta de 1 piso con vanos cuadrados, zócalo pintado y alero de caja revocado con canal metálica. Está resuelta en 1 plano de paramento, estructurada en 3 ejes definidos por vanos: 2 ventanas hacia el oriente, y 1 de acceso al occidente. El sistema estructural es de muros de carga en adobe y ladillo, con cubierta a 2 aguas en teja de barro con reemplazos en teja ondulada metálica y estructura de madera. En fachada presenta carpinterías en madera, y las ventanas cuentan además con rejas de hierro de mayor dimensión del vano sobrepuestas al muro.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a comienzos del siglo XX, correspondiente al republicano, en una manzana consolidada durante el siglo XIX. Destinado para vivienda, hoy en día tiene uso de servicios. Es propiedad de Telma Yolanda López Medina, no se conocen datos de autor, diseñador o constructor. En aerofotografías históricas no se reconocen cambios en la tipología o en la configuración de cubiertas, más allá del cambio de material en algunas partes, debido posiblemente a pérdidas en el volumen original. Tampoco se evidencian alteraciones en fachada, pero no se cuenta con información a partir de la cual detectar intervenciones al interior. No se conocen solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble fue construido en las primeras décadas del siglo XX, y pertenece al período Republicano. Tipología original y lenguaje arquitectónico aún visibles, debido a no evidenciar intervenciones; conserva el lenguaje modesto original, con una fachada desprovista de ornamentación. Es representativa de la arquitectura doméstica del sector, surgido durante el período colonial, y vinculado al espacio del Chorro de Quevedo, lugar de recreo del Zipa a la llegada de los españoles.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, se trata de un inmueble tradicional representativo de la arquitectura del periodo republicano, muestra una influencia de la arquitectura del siglo XIX, con una fachada que continua el paramento, estructurada en vanos repetitivos y cubierta tradicional a 2 aguas en teja de barro insertándose armónicamente en un perfil urbano homogéneo, con una altura relativamente unificada a pesar de la pendiente del terreno, en respuesta a la cual, los inmuebles están distribuidos en aceras altas, con escalonamientos según la inclinación.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto; está vinculado al espacio cultural del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad. El Chorro se conformó desde la primera mitad del siglo XIX como arrabal de la ciudad en un borde de la quebrada de San Bruno, y se consolidó como barrio a comienzos del s. XX.