KR 2 9 16

Inmueble de 1 piso en crujía frontal con volúmenes de 2 y 3 pisos en su interior, paramentado en un predio medianero con forma irregular, cuyas dimensiones son: 9,5 m de frente por 32,8 m de fondo, logrando una proporción de 1 a 3,5 veces aproximadamente, con frente sobre la Carrera 2. La ocupación del predio se realiza mediante un volumen con patio lateral y un patio posterior, en simetría con el inmubele colindante por el norte, en el predio 013. Se ingresa a través de un zaguán lateral que conduce al vestíbulo y al patio en torno al cual se organizan sala, cocina, comedor, baño, 2 alcobas y escaleras a los niveles superiores. La fachada, también simétrica con la del inmueble colindante, consta de un cuerpo paramentado con 3 vanos rectangulares, zócalo en piedra arenisca y alero de madera con canes a la vista. Sus vanos corresponden a 1 lateral de acceso con portada, y 2 de ventana rectangular de dos postigos, marcos de madera para los vidrioscon rejas de hierro y cornisas en madera. El sistema estructural en crujía de acceso es de muros de caraga con revestimiento de pañete y pintura y su cubierta es a 2 aguas en teja de barro; sus carpinterías son de madera.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a finales del siglo XIX y perteneciente al período republicano. Actualmente conserva el uso residencial para el cual fue destinado y es propiedad de Peter Adams Rawitscher. No se conoce su diseñador ni constructor. A principios del siglo XX, según aerofotografías históricas, el predio ya presentaba la ocupación que tiene actualmente; sin embargo, a mediados de siglo aunque no se tiene registro escrito, como se aprecia en la aerofotografía de ese año, el volumen fue modificado en sus cuerpos lateral y posterior; en el primero se agregó un piso y en el posterior fue agregado un volumen de 3 pisos. No se conocen datos de solicitudes de intervenciones ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble, construido a finales del siglo XIX y perteneciente al período republicano, aunque fue modificado en su volumetría sin afectar la ocupación del predio, conserva su crujía de acceso como testimonio de la arquitectura doméstica desarrollada en la ciudad en este período histórico, reflejo de la situación económica, política y cultural del país; asimismo, conserva su sistema estructural y materiales empleados son muestra del avance científico y tecnológico en el ámbito de la construcción.

Valor estético: El inmueble conserva su crujía principal y su distribución en torno a un patio lateral, en simetría con el inmueble colindante por el norte. En esta parte de la vivienda, permanece el sistema estructural de muros de carga con acabado de pañete, y su cubierta a dos aguas, de acuerdo con la técnica constructiva y materiales del período histórico. Su fachada, también simétrica con la del inmueble colindante, cuenta con elementos singulares que la hacen representativa dentro del perfil urbano, como son su zócalo en sillares de piedra y sus ventanas de caja en madera. La continuidad de su altura con otros predios colindantes y la repetición de algunos de elementos con las casas próximas, como son su alero y vanos rectangulares consecutivos le permiten integrarse armónicamente en un perfil urbano homogéneo en términos de altura, volumetría y lenguaje arquitectónico

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura doméstica tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas de la época. Está vinculado al barrio Egipto, surgido sobre un asentamiento muisca en las faldas del cerro de Guadalupe, con la construcción de la ermita en 1651, y consolidado como un barrio obrero; testigo de la implementación de obras de infraestructura que transformaron la ciudad, y de importantes acontecimientos históricos, el barrio fue escenario de graves problemas de inseguridad durante buena parte del s. XX, tras el auge de la fabricación clandestina de aguardiente. Actualmente en él se desarrolla un proceso de transformación con base en políticas culturales. (Yemail, 2014)