CL 12 50

Inmueble de 2 pisos paramentado en un predio medianero con forma irregular, cuyas dimensiones son: frente de 8.91 m y fondo de 6 m, logrando una proporción de 1 a 0.7 veces aproximadamente, con frente sobre la Calle 12. La ocupación del predio se realiza a través de un volumen compacto de 2 pisos con vivienda en segundo piso y restaurantes en el primero. De acuerdo con planos de inventario sin fecha de la Corporación La Candelaria, a él se ingresaba a través de un zaguán central que conducía a unas escaleras en la esquina nororiental; dicha circulación estaba flanqueada por los locales de restaurante con acceso solo desde la calle, pero esta distribución debió ser modificada, ya que el acceso al zaguán fue reemplazado por una ventana. La fachada consta de 2 pisos con vanos verticales, zócalo revocado con acabado rústico, cornisa y alero de caja en madera con canal metálica. Está resuelta en 1 plano saliente, estructurada en 3 ejes de vanos con marco revocado. En primer piso cuenta con un vano central de ventana y laterales de acceso, mientras en el 2° cuenta con 3 vanos de puerta ventana con barandas en forja y pasamanos de madera a ras de muro. El sistema estructural es de muros de carga en adobe con entrepiso en madera y cubierta a 2 aguas en teja de barro con estructura de madera. Se desconocen detalles de acabados al interior; las carpinterías son en madera.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a comienzos del siglo XX, correspondiente al republicano, en una manzana consolidada durante el siglo XIX, denota un lenguaje ecléctico con influencia de la arquitectura del siglo XIX. Destinado para vivienda, hoy en día mantiene su uso original con comercio en primer piso. Es propiedad de Indra Lidiana Salamanca León, pero no se conocen datos de autor, diseñador o constructor. En aerofotografías históricas no se reconocen modificaciones en la tipología, pero en fachada, dadas sus proporciones, se deduce la modificación del vano central de ventana en piso 1; no se cuenta con información actualizada a partir de la cual identificar intervenciones al interior. No se conocen solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble fue construido en las primeras décadas del siglo XX, y pertenece al período Republicano. tipología original y lenguaje arquitectónico aún legibles, a pesar de las intervenciones de que ha sido objeto, entre las que resalta la modificación de por lo menos uno de los vanos de fachada, con base en la cual se infieren intervenciones también en la distribución espacial. No obstante, conserva el lenguaje original de fachada, con un diseño modesto a partir de elementos repetitivos. Es representativa de la arquitectura doméstica del sector, surgido durante el período colonial, y vinculado al espacio del Chorro de Quevedo, lugar de recreo del Zipa a la llegada de los españoles.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, se trata de un inmueble tradicional representativo de la arquitectura republicana, con una fachada plana con elementos decorativos resaltando la verticalidad de los vanos e insertándose armónicamente en un perfil urbano homogéneo. El vano central de acceso en fachada, sin embargo, fue reemplazado por una ventana, alterando así la relación de proporciones entre ellos.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto; está vinculado al espacio cultural del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad. El Chorro se conformó desde la primera mitad del siglo XIX como arrabal de la ciudad en un borde de la quebrada de San Bruno, y se consolidó como barrio a comienzos del s. XX.