Edificio Banco Comercial Antioqueño

Inmueble de 15 pisos de altura, paramentado en un predio rectangular cuyas dimensiones son de 53.7m de frente sobre la calle 12 por 33.4m de fondo, dando una proporción de 1 a 1.60 veces. La ocupación del predio se realiza a partir de un volumen con forma de torre sobre plataforma, la cual ocupa el 100% del predio. Se accede al predio desde la calle 12 a través de una escalinata que permite subir medio nivel desde la calle y desde allí acceder a las puertas de los locales comerciales, que se localizan de manera perpendicular a la calle, pero también a la puerta principal localizada al costado oriental de modo paralelo a la calle con acceso perpendicular al espacio elevado sobre la calle. Una vez adentro encontramos un gran hall de acceso que tiene una recepción la cual lleva al punto fijo de ascensores y escaleras que conducen a los pisos superiores que están usados como oficinas. La fachada del inmueble se estructura a partir de dos cuerpos, uno de plataforma donde predominan las placas de entrepiso como elementos horizontales que enfatizan la horizontalidad de esta parte del edificio, siendo incluso grandes balcones en voladizo que se destacan por sus acabados; mientras que el segundo cuerpo, correspondiente a la torre, se caracteriza por la modulación formal de la fachada a partir de elementos prefabricados en concreto y de una modulación de las ventanas que hace parte del orden geométrico de toda la fachada, que es análogo al de la fachada posterior, que también da a la calle y que difiere solamente en que hacia este costado no hay escalinata, solamente una pequeña puerta posterior ; la cual se remata con un piso superior retrocedido y un volumen cubico sobre el punto fijo que enfatiza su carácter moderno. El sistema estructural corresponde a pórticos y placas en concreto reforzado con divisiones internas en mampostería y externas en vidrio y elementos prefabricados en concreto. La cubierta responde a una placa impermeabilizada en concreto.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble proveniente del periodo del movimiento moderno, construido hacia 1965 bajo el diseño y dirección de la firma de arquitectura Obregón & Valenzuela para ser la sede del Banco Comercial Antioqueño que era el sucesor del Banco Alemán Antioqueño; en un predio que perteneció antes al señor Arturo Quintana quien a su vez lo obtuvo por negociación con la comunidad religiosa de los dominicos, pues allí se localizaba la iglesia y el convento de Santo Domingo, los cuales fueron demolidos desde finales de la década de los años 30 hasta mediados de los 40. Luego de ser adquirido esta parte del anterior gran predio y haber sido construido este edificio del BCA, para el año 1997 paso a ser propiedad del grupo Santander de España, quien le sustrajo un mural que se encontraba en su interior, autoría del maestro Alejandro Obregón llamado “Cóndor, luna, barracuda” de 1964, el cual fue trasladado a la sede del banco Santander de la calle 100 con carrera séptima en 1999. En la actualidad, el edificio conserva su uso original de oficinas sobre plataforma comercial, pero hoy en día pertenece a varios propietarios que se organizan por propiedad horizontal.

Valor histórico: Inmueble proveniente del periodo del movimiento moderno, construido hacia 1965 bajo el diseño y dirección de la firma de arquitectura Obregón & Valenzuela. Fue uno de los inmuebles que remplazo al antiguo complejo religioso de Santo Domingo; y porque también es parte de la obra destacada de la firma de arquitectura Obregón y Valenzuela que fue fundada en 1944 por Pablo Valenzuela y los primos Rafael Obregón González y Jose María Obregón Rocha.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma integral gracias a que no presenta modificaciones. Se destaca su buen estado de conservación y su materialidad, que es además un gran elemento del valor estético pues la manera en que se maneja el concreto, sin duda es ejemplar y se convierte así en un referente para las nuevas arquitecturas del contexto y de la ciudad. La interacción entre los distintos volúmenes también le aporta un gran valor estético, más aun cuando se da por ambos costados de manzana, sur y norte, donde además encontramos también estos balcones característicos que casi que se puede decir que son todo el piso, que se extiende desde la plataforma hacia la calle, a partir de grandes voladizos que son enriquecidos por detalles y formas en concreto que enfatizan su carácter moderno.

Valor simbólico: El inmueble posee un valor simbólico que si bien empieza en el mismo diseño arquitectónico que se destaca por ser parte de un momento importante de la historia de la arquitectura en Colombia, pues fue una época de oro como la llamaría Eduardo Samper, basada en el buen diseño y en la excelente construcción. Además hace parte de la historia financiera del país al tener aun en su remate superior las siglas BCA que significan Banco Comercial Antioqueño, lo cual también denota una época de bonanza que tuvo el país.