KR 3 12 B 50

Inmueble de 1 piso y mezzanine, paramentado en un predio medianero con forma rectangular, cuyas dimensiones son: frente de 8 m y fondo de 26,5 m, logrando una proporción de 1 a 3.3 veces aproximadamente, con frente sobre la Carrera 3. La ocupación del predio está establecida por un volumen con sucesión de 2 patios laterales, el principal de ellos cubierto con marquesina. Su uso actual es residencial. La fachada está resuelta en 1 plano con zócalo revocado imitando sillares de piedra, vanos verticales (con arco escarzano, marco y frontón rectangular flotante delimitado por pilastras: 1 de acceso al norte y 3 de ventana por el sur, todos con adorno en la clave), y cornisa prolongada con ático en mampostería, modulado por 4 machones. El sistema estructural es de muros de carga en ladrillo pañetado y pintado y cubierta a 2 aguas en teja de barro con estructura de madera y marquesina en el patio principal. Se desconocen detalles de acabados al interior. En fachada, la carpintería es en madera con superficies vidriadas, pero las del acceso fueron reemplazadas por unas metálicas.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a finales del s. XIX o comienzos del XX, correspondiente al periodo republicano, posiblemente sobre un inmueble perteneciente a la colonia, periodo es que surge la manzana; denota un lenguaje ecléctico con influencia de la arquitectura del s. XIX. Destinado para vivienda, hoy en día mantiene su uso original, aunque existe un documento en que el Ministerio de Cultura, mediante resolución 59 de septiembre de 2003, autoriza obras de adecuación para restaurante. Actualmente es propiedad de Luis Fernando Castellanos Nieto y no se conocen datos de autor, diseñador o constructor. Es una vivienda simétrica con la colindante al lado norte, las 2 formadas por un volumen de 2 patios laterales. En aerofotografías históricas no se reconocen modificaciones tipológicas o de configuración de cubiertas más allá de la marquesina que se instaló en el patio principal a mediados del s. XX. Tampoco en fachada se evidencian alteraciones, aunque no se cuenta con información a partir de la cual identificar alteraciones al interior. En revisión documental se encuentran planos de un proyecto que contemplaba la existencia de un segundo piso, con fecha de 2003, posiblemente relacionado con la resolución 59, antes mencionada.

Valor histórico: El inmueble fue construido en las últimas décadas del s. XIX o primeras del XX, y pertenece al período Republicano. De fácil lectura en su tipología original y lenguaje arquitectónico, sin modificaciones sustanciales evidentes desde el exterior. En fachada conserva el lenguaje original, con elementos decorativos. Es representativa de la arquitectura doméstica del sector, surgido durante el período colonial, y vinculado al espacio del Chorro de Quevedo, lugar de recreo del Zipa a la llegada de los españoles.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma integral, ya que no evidencia modificaciones. Se trata de un inmueble tradicional representativo de la arquitectura republicana y de la influencia del lenguaje academicista con referencias y variaciones locales del s. XIX. Consta de una fachada plana con elementos decorativos resaltando la verticalidad de los vanos e insertándose armónicamente en un perfil urbano homogéneo, y conformando simetría con el inmueble colindante por el norte.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto; está vinculado al espacio cultural del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad. El Chorro se conformó desde la primera mitad del siglo XIX como arrabal de la ciudad en un borde de la quebrada de San Bruno, y se consolidó como barrio a comienzos del s. XX.