CL 12 C 1 A 21

Inmueble de 1 piso paramentado en un predio medianero con forma rectangular, cuyas dimensiones son: frente de 9,10 m y fondo de 9,40 m, logrando una proporción de 1 a 1 aproximadamente, con frente sobre la Calle 12 C. La ocupación del predio se realiza a través de un volumen con un patio posterior central; este se encuentra a un nivel más alto que el de la calle debido a la pendiente del terreno donde se emplaza. Se ingresa a través de un zaguán lateral que entrega a una circulación transversal, la cual a su vez distribuye a 4 espacios: 2 en la crujía principal y 2 en la parte posterior, 1 de cada lado del patio. Su fachada consta de un cuerpo con vanos verticales, zócalo revocado con moldura superior, cornisa y alero deta de caja. Por el occidente cuenta con un vano rectangular de acceso sobre la huella de lo que posiblemente fue un vano con arco de medio punto; por el oriente cuenta con 2 vanos rectangulares de ventana con marco de pañete, antepecho decorado y aplique de yeso en el dintel. El sistema estructural es de muros de carga y cubierta a 2 aguas en teja de barro con estructura de madera. Los muros cuentan con revestimiento de pañete y pintura y en fachada conserva la carpintería en madera solamente en las ventanas, ya que la puerta fue reemplazada por una de metal.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a finales del siglo XIX, perteneciente al período republicano. Destinado para vivienda, en la actualidad mantiene su uso original. No se conoce su autor ni constructor y hoy es propiedad de Gina Paola Abella Piraneque. El predio en que se localiza el inmueble antiguamente era atravesado por una de las vertientes del Río San Francisco, por lo que su urbanización fue tardía; sin embargo, a principios del siglo XX, de acuerdo con lo observado en aerofotografías de la ciudad, el inmueble no ha variado significativamente su tipología desde su construcción, aunque hoy cuenta con una sobrecubierta en teja de zinc, por lo que es probable que este en un proceso de intervención. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble, construido a finales del siglo XIX y perteneciente al período republicano, mantiene su tipología original con un patio posterior central. Su fachada, aunque con modificaciones en uno de sus vanos, conserva su diseño, con elementos decorativos en yeso; no obstante, se observa una sobrecubierta en zinc que permite deducir una intervención en curso. El inmueble es muestra de la arquitectura doméstica tradicional desarrollada en el barrio La Concordia, de acuerdo con las técnicas constructivas de la época.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito, a pesar de sus intervenciones, el inmueble premite una lectura clara de su tipología original, que no ha sido alterada desde su construcción, y conserva su fachada con ornamentación de la época; sólo en el acceso se observa la reducción del vano y la supresión de elementos ornamentales. Su sistema estructural, de muros de carga en ladrillo, cielo raso en chusque y cubierta en teja de barro con estructura de madera, son muestra de las técnicas constructivas y materiales de la época. Su fachada paramentada con remate en alero se inserta armónicamente en un perfil urbano homogéneo en términos de altura y lenguaje arquitectónico.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto. Se ubica en un sector influenciado por espacios culturales como la Plaza de Mercado de La Concordia o la Plaza del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad (Mauricio Uribe, comunicación publicada. 2017).