CL 12 B 2 68

Inmueble de 1 piso paramentado en un predio medianero con forma rectangular, cuyas dimensiones son: frente de 7 m y fondo de 49.3 m, logrando una proporción de 1 a 7 veces aproximadamente, con frente sobre la Calle 12 B. La ocupación del predio se realiza a través de una sucesión de 2 patios laterales y traspatio. Tiene uso residencial. La fachada consta de 1 piso, resuelta en 1 plano de paramento, con zócalo en ladrillo a la vista, vanos verticales (2 de ventana hacia el costado oriental, ambos con marco estriado rematado en cornisa, caja en madera y hierro, y otro de acceso al occidente con similar decoración) y alero en madera sobre canes con canal metálica. El sistema estructural es de muros de carga en ladrillo pañetado y pintado, con acanaladuras horizontales en fachada, y cubierta a 2 aguas en teja de barro con estructura presumiblemente en madera. Se desconocen detalles de acabados al interior. Las carpinterías de fachada son en madera y hierro.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a finales del s. XIX o comienzos del XX, correspondiente al periodo republicano, en una manzana surgida durante el período de la colonia, posiblemente sobre un inmueble de este mismo período, denota un lenguaje ecléctico con influencia de la arquitectura del s. XIX. Destinado para vivienda, hoy en día mantiene su uso original. Es propiedad de Catalina Toro Cortés, pero no se conocen datos de autor, diseñador o constructor. De acuerdo con aerofotografías históricas, conserva la tipología original, aunque se modificó la materialidad de la cubierta, posiblemente por pérdida de la original, y se construyó el área de traspatio en la década de 1990. El diseño de la fachada también evidencia alteraciones, como la modificación de las dimensiones de vanos, pero no se cuenta con información a partir de la cual detectar intervenciones al interior. En julio de 1993 el Comité para la Conservación del Centro Histórico de Bogotá de Colcultura aprobó obras de reparaciones locativas. En 2011 el IDPC aprobó obras de la misma categoría mediante resolución 160 del 24 de marzo.

Valor histórico: El inmueble fue construido en las últimas décadas del s. XIX o primeras del XX, y pertenece al período Republicano. De fácil lectura en su tipología original, sin alteraciones significativas más allá de la construcción de una estructura en el área de traspatio, aunque de difícil lectura en su lenguaje arquitectónico debido a las intervenciones de que ha sido objeto, entre las que resaltan el cambio de materiales de cubierta, y la modificación de los vanos de fachada a los cuales les fueron adaptadas nuevas carpinterías, en torno a las cuales se alteraron las dimensiones de los vanos. Es representativa de la arquitectura doméstica del sector, surgido durante el período colonial, y vinculado al espacio del Chorro de Quevedo, lugar de recreo del Zipa a la llegada de los españoles.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma parcial debido a sus modificaciones. Se trata de un inmueble tradicional representativo de la arquitectura republicana y de la influencia del lenguaje academicista con referencias y variaciones locales del s. XIX. Consta de una fachada plana con elementos decorativos resaltando la verticalidad de los vanos e insertándose armónicamente en un perfil urbano homogéneo; en ella destaca la ornamentación de marcos de ventana y la cornisa sobre la que se apoya el alero. Al interior conserva su organización en torno a patios laterales, aunque se desconoce si la estructura de muros original también se conserva.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto; está vinculado al espacio cultural del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad. El Chorro se conformó desde la primera mitad del siglo XIX como arrabal de la ciudad en un borde de la quebrada de San Bruno, y se consolidó como barrio a comienzos del s. XX.