KR 2 12 B 49

Inmueble de 1 piso paramentado en un predio medianero con forma irregular, cuyas dimensiones son: frente de 3.8 m y fondo de 7.8 m, logrando una proporción de 1 a 2 veces aproximadamente, con frente sobre la Carrera 2. La ocupación del predio está establecida por un volumen compacto con uso comercial. El primer piso es una planta rectangular, donde está ubicado un local, y al costado norte hay una escalera de un tramo que lleva al segundo piso. La fachada está resuelta en 1 plano con zócalo en piedra muñeca, vanos verticales (3 de ventana y 2 de acceso, al costado norte, con arco escarzano y revoque en la clave), cornisa y ático partido por un frontón rectangular. El sistema estructural es de muros de carga en ladrillo (con acabado en pañete y pintura y, en fachada, el ladrillo está a la vista), entrepiso en madera y cubierta a 2 aguas en teja de barro con estructura de madera. Los pisos tienen acabado en baldosa en piso 1 y madera en piso 2. La carpintería es en madera al interior y, en fachada, en madera y metal.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a comienzos del s. XX, correspondiente al periodo de la transición, en una manzana surgida durante la colonia, posiblemente sobre un inmueble de este mismo período, denota un lenguaje ecléctico. Destinado para vivienda, probablemente hoy en día mantiene su uso original. Es propiedad de Héctor Jesús Palacios Ramírez, pero no se conocen datos de autor, diseñador o constructor. En aerofotografías históricas no se evidencian alteraciones en la ocupación predial o en la configuración de cubiertas, y en fachada es posible que uno de los vanos de acceso, sea resultado de modificar uno original de ventana; al interior, sin embargo, no es posible identificar intervenciones al no contar con documentación de soporte. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: El inmueble fue construido en las primeras décadas del s. XX y pertenece al período de transición. De fácil lectura en su tipología y lenguaje arquitectónico debido a que no evidencia alteraciones sustanciales aparentes desde su construcción, posiblemente en la década de 1930. Es posible que uno de los vanos de acceso en fachada corresponda a la modificación de uno original de ventana. Es representativa de la arquitectura doméstica del sector, surgido durante el período colonial, y vinculado al espacio del Chorro de Quevedo, lugar de recreo del Zipa a la llegada de los españoles. Por la parte posterior se observan predios sin construir sobre lo que habría sido originalmente el paso de la quebrada de San Bruno.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma integral debido a que no evidencia alteraciones sustanciales desde su construcción. Se trata de una construcción de carácter doméstico, representativa de la arquitectura de la transición, con una fachada modesta, desprovista de ornamentación, y diseñada a partir de elementos repetitivos que organizan en una retícula de 3 ejes, cuya regularidad se ve alterada en segundo piso por la distribución y dimensiones de los 2 vanos de ventana, que se desfasan delos ejes compositivos. En ella destaca el ático con frontón sencillo y los marcos de ventana del piso 2, que se sobreponen a la textura del ladrillo, predominante en la fachada.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto; está vinculado al espacio cultural del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad. El Chorro se conformó desde la primera mitad del siglo XIX como arrabal de la ciudad en un borde de la quebrada de San Bruno, y se consolidó como barrio a comienzos del s. XX.