CL 12 B BIS A 1 18

Inmueble de 2 pisos paramentado en un predio medianero con forma rectangular, cuyas dimensiones son: frente de 6 m y fondo de 11.09 m, logrando una proporción de 1 a 1.8 veces aproximadamente, con frente sobre la Calle 12 B BIS A. La ocupación del predio se realiza mediante un volumen compacto, resultado de construir un patio posterior esquinero. Se ingresa mediante un zaguán lateral por el costado oriental, que conduce al espacio original de patio, hoy construido, con escaleras en 2 tramos al segundo piso; por el costado occidental cuenta con 3 habitaciones sin uso y una sala con acceso desde la calle, la cual a su vez cuenta con baño, cocina y escaleras al segundo piso. La fachada es simétrica, consta de 2 niveles diferenciados por una cornisa, con zócalo de acabado rústico y remate en ático con 4 apliques de yeso y cornisa. El primer nivel cuenta con 2 vanos laterales de acceso y uno central de ventana, todos con arco escarzano y marco con remate en cornisa; el segundo nivel cuenta con 2 vanos de puerta ventana con baranda de madera a ras de muro conformando tribunas; ambos vanos, con arco escarzano, cuentan con un marco rematado en cornisa y guirnaldas de yeso. Su sistema estructural es de muros de carga en ladrillo con acabado de pañete y pintura, entrepisos de madera y cubierta a 2 aguas en teja de fibrocemento y zinc con estructura de madera. Las carpinterías, tanto al interior, como en fachada, son de madera.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido a comienzos del siglo XX, correspondiente al período republicano. Destinado para vivienda, actualmente mantiene su uso original; es propiedad de Luz Sierra, viuda de Quevedo, pero no se conocen datos de diseñador o constructor. Según la fotografía aérea de 1936, el inmueble solo ocupaba la parte frontal del predio en 2 niveles, mientras la parte posterior era de un nivel. Entre 1953 y 1976 alcanzó la configuración que tiene actualmente, y en años recientes se construyó el área de patio y se reeemplazó la cubierta. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: En el inmueble, construido a comienzos del siglo XX y perteneciente al período republicano, es difícil reconocer a simple vista la tipología original, debido a las modificaciones de que ha sido objeto, entre las que destaca la construcción del área de patio. No obstante, conserva su sistema estructural de muros de carga y su estructura de cubierta en madera, además de su fachada de dos niveles con elementos ornamentales que dan cuenta de las tendencias estilísticas de ese momento. El inmueble es muestra de la arquitectura doméstica tradicional desarrollada en el barrio La Concordia, de acuerdo con las técnicas constructivas de la época.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito, a pesar de que se ha desdibujado la tipología original con modificaciones en la ocupación del predio, el inmueble conserva su distribución inicial, con ingreso por un zaguán, así como su sistema estructural y su fachada simétrica desarrollada en 2 niveles; esta mantiene su diseño original con vanos rematados en arcos y decorados con molduras y apliques de yeso. Se inserta en un perfil urbano heterogéneo en términos de volumetrías y lenguaje arquitectónico, con inmuebles de diferentes períodos (republicano, de transición y moderno).

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico y es muestra de la arquitectura tradicional, con un diseño modesto de acuerdo con las posibilidades técnicas del contexto. Se ubica en un sector influenciado por espacios culturales como la Plaza de Mercado de La Concordia o la Plaza del Chorro de Quevedo, llamado así por la fuente pública instalada por el agustino F. Quevedo en 1832, en un lugar de origen prehispánico y en el que, según la tradición, Jiménez de Quesada estableció su guarnición militar antes de fundar la ciudad (Mauricio Uribe, comunicación publicada. 2017).