Molino del Boqueron

Inmueble de 3 pisos, en un predio con forma irregular, cuyas dimensiones son: frente de 58,6 m y fondo de 273,2 m, logrando una proporción de 1 a 4.6 veces aproximadamente, con frentes sobre la Carrera 5 A ESTE. La ocupación del predio se realiza a través de una gran área rural con un volumen suelto en forma de L. Desde la Carrera se accede a través de un portón que comunica con un sendero que remata en el inmueble con acceso sobre el costado norte, por medio de unas escalinatas se llega a un espacio con escalera de un tramo, este espacio comunica con las dos crujías. Una cuenta dos espacios y una escalera de dos tramos y la otra crujía cuenta con tres espacios y uno de ellos con escalera de dos tramos. La fachada está resuelta en 4 cuerpos con zócalo de piedra, vanos de diferentes tamaños y alero con listones de madera sobre canes de madera. El primer cuerpo cuenta con 1 vano vertical de acceso, el segundo retranqueado cuenta con el acceso principal y 2 vanos horizontales de ventana, el tercero cuenta con 6 vanos verticales de ventana retranqueado. El sistema estructural es en muros de carga con adobe y ladrillo, pañetados y pintados, los entrepisos son en madera y la cubierta es a dos aguas con teja de barro y estructura de madera. La carpintería es en madera, el piso es en listones de madera y las barandas de escalera son en madera.

N.A.

Inmueble construido en las primeras décadas del siglo XX, correspondiente al período republicano, en un predio de origen colonial; según el cronista Lucas Fernández de Piedrahita para el año 1666 existía en Bogotá ocho molinos. El nombre del molino proviene del cañón que separa a los cerros de Monserrate y Guadalupe. Destinado para uso residencial pero hoy en día no cuenta con un uso específico, está desocupado el inmueble. No se conocen datos de autor, diseñador y/o constructor. El molino fue llamado en el 1861, el Molino Esguerra, por Joaquín Esguerra Olaya. Luego fue comprado a los herederos de Esguerra por la administración municipal. En el año de 1956, es adquirido por la empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá- La casa fue remodelada y luego paso a manos de la Asociación de exalumnos de la Universidad Nacional de Colombia. Es propiedad de la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá- ESP.

Valor histórico: Inmueble construido en las primeras décadas del siglo XX, correspondiente al período republicano. Con fácil lectura en su tipología original, cuenta con dos crujías en L en una zona rural extensa, y un claro lenguaje arquitectónico como su zócalo en piedra, carpintería en madera y alero sobre canes de madera. Es de importancia debido a que es un vestigio histórico de los 8 molinos que se había en Bogotá, en la época de la Colonia, producto de una activa dinámica de comercio y economía de finales de siglo XIX. Su implantación y funcionamiento exigió una compleja ingeniería adoptándose a la topografía y aprovechando a la cercanía del rio San Francisco.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito, a pesar de que no se mantiene el inmueble de la época colonial, el inmueble republicano mantiene sus elementos constructivos originales. Provieniente de las primeras décadas del siglo XX, correspondiente al período republicano. Consta de fachadas con remate en alero y responde con la inclinación del predio, variando sus alturas y cantidad de vanos. Al interior ha habido modificaciones, debido a los distintos propietarios del inmueble pero conserva los materiales constructivos y ornamentales distintivos de la época.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del área rural de Bogotá. Molino que hace arte del paisaje natural de distrito que es vestigio del desarrollo económico e industrial del periodo colonial. Su implantación y funcionamiento exigió una compleja ingeniería adoptándose a la topografía y aprovechando a la cercanía del rio San Francisco.