Santuario de Guadalupe

Conjunto de inmuebles de uno y dos pisos de altura adosados entre sí, localizados en la cima del cerro de Guadalupe al oriente de Bogotá. La ocupación del predio se realiza a través de un basamento de piedra de forma irregular y aproximadamente 1.50 m de altura, bordeado de una balaustrada y varias escaleras de acceso; en la mitad se dispone la ermita, compuesta de una nave de doble altura con revestimiento de piedra en sus laterales; en la parte frontal tiene un revestimiento de pañete y pintura y se compone de un gran acceso en arco de medio punto, flanqueado por pilastras dispuestas sobre un zócalo inferior del mismo material y rematadas con una cornisa superior. Sobre este se emplaza la gran escultura de la Virgen, construida en varias piezas de ferro cemento y ensamblada en el lugar; en los laterales hay ventanas en arcos de medio punto y se adosa una nave lateral en el costado sur de similares características estéticas y de un piso de altura; en el costado norte se adosa una edificación más reciente de uso comercial, de dos pisos de altura y compuesta de un volumen prismático y una torre circular esquinera con cubierta de aguja, recubierto igualmente en piedra, con ventanas rectangulares y un acceso central de arco de medio punto. Seguido de este y retrocedidos, se encuentran 2 edificaciones más de similares características: una de dos pisos y otra de uno, destinadas también para un uso comercial. Los sistemas estructurales varían en cada edificación: en la ermita es de muros de carga de ladrillo con cubierta a dos aguas en estructura de madera y teja de barro; en las edificaciones más recientes es de muros de ladrillo, columnas, vigas y entrepisos de concreto con cubierta a dos aguas en teja termo acústica.

N.A.

El cerro de Guadalupe tiene 3.317 msnm, se localiza al oriente de la ciudad y su historia se remonta a mediados del siglo XVI, momento en el que Gonzalo Jiménez de Quesada funda la ciudad y los conquistadores españoles colocan allí una cruz; desde ese momento adquirió este nombre y unos cien años después, en 1656, se construye la primera ermita en honor a la Virgen de Guadalupe española. En 1743, ocurre el primero de una serie de terremotos, el cual destruyó la edificación y obligó a trasladar los utensilios, decoraciones e imágenes al Palacio Virreinal durante la Jura de Carlos III; luego fueron enviados a las Iglesias de La Peña y de Santa Bárbara. En 1762, José Celestino Mutis sube al lugar y lo describe como un desierto con las ruinas y una campana fundida en 1741, según inscripción. Tras varios intentos de la iglesia por reconstruirla, ocurren los temblores de 1785 y 1826, por lo cual el lugar queda abandonado durante casi tres décadas y los objetos son trasladados a la Iglesia de Egipto. En 1857, el arquitecto británico Thomas Reed junto al arquitecto alemán Carlos Schlect y el colombiano Francisco Olaya, realizan una propuesta de reconstrucción de la ermita, con una cruz y una pirámide que serviría de observatorio; la idea fue promovida por el presbítero Fernando Mejía, convenciendo de esta iniciativa al Arzobispo de Bogotá Antonio Herrán, quien el 13 de diciembre de 1858 coloca la primera piedra; en la labor de construcción colaboró el Obispo Arbeláez y su secretario, quienes llevaron la piedra necesaria junto al batallón Rifles y otros sacerdotes, sin embargo, este proyecto no se construyó y en su lugar se hizo una ermita que según Mejía “… tenía veinte metros de frente por veinte de fondo, con cimientos de calicanto, muros de ladrillo y calicanto de un metro de espesor, que soportaban las bóvedas elípticas y de aristas en la que figuraba una estrella sobre el presbiterio” (Arquidiócesis de Bogotá, 2013), bendecida el 18 de febrero de 1873 junto a la imagen tallada de la Virgen, realizada en Roma por el escultor español Felipe Moratilla, de la que Mejía afirmó advocar a la Virgen de Guadalupe de México, y desde ese entonces esta dejó de ser la Virgen española. Debido al sismo de 1917, la edificación sucumbe una vez más, queda abandonada y es hasta las décadas de 1930-1940 que se construye la ermita actual bajo la dirección de Monseñor Jorge Murcia Riaño; en 1945 se inaugura y un año después, se emplaza la gran escultura de la Virgen Inmaculada, de 15 metros de altura y realizada por el artista colombiano Gustavo Arcila Uribe. En 1967, se construye la carretera que comunica con el cerro gracias al sacerdote Luis Jiménez, quien posiblemente amplió la ermita con una nave lateral sur y adecuó la zona comercial del costado norte.

Valor histórico: Según lo mencionado en la reseña histórica y la descripción física, este espacio ha sido objeto de numerosos cambios arquitectónicos, debido a las consecuencias de los terremotos y a las adecuaciones realizadas por las necesidades de los feligreses y turistas. Desde siempre ha tenido un uso religioso, que ahora es mixto debido a la demanda turística, reflejado en su composición de edificaciones provenientes de diferentes épocas: la ermita proviene de finales del periodo de la Transición y los demás edificios del periodo Contemporáneo.

Valor estético: De acuerdo a lo referido en su descripción física y valoración histórica, el conjunto de inmuebles es un híbrido arquitectónico que mantiene una similitud en cuanto a colores, materiales y proporciones volumétricas. Así mismo, es evidente que provienen de distintos periodos y la composición de las fachadas materializa la función comercial y religiosa de cada uno de ellos. Sin duda, el elemento más sobresaliente de todo el conjunto es la escultura de la Virgen Inmaculada realizada por el artista colombiano Gustavo Arcila Uribe, localizada sobre el acceso de la ermita; este elemento fortaleció el carácter de hito urbano y referente visual, que junto al Santuario de Monserrate, conforma el paisaje natural de la ciudad y los cerros orientales.

Valor simbólico: El cerro de Guadalupe representa el paisaje natural de la ciudad y alberga una importante actividad religiosa y turística, que junto a los valores históricos y estéticos mencionados, hacen de este conjunto de inmuebles uno de los lugares más emblemáticos de Colombia.