Edificio Andes

Inmueble de 9 pisos paramentado en un predio esquinero con forma rectangular y chaflán en la esquina, cuyas dimensiones son: frente de 23.73 m y fondo de 23 m, logrando una proporción de 1 a 1 vez aproximadamente, con frentes sobre la Av. Calle 13 (Av. Jiménez) y la Carrera 8. La ocupación del predio se realiza a través de un volumen con patio central desde el segundo piso y acceso desde ambos frentes. El acceso principal está ubicado en la Carrera 8 y conduce directamente a una planta libre con una retícula de columnas, en la cual se disponen oficinas perimetralmente. Hay un acceso alterno por ese mismo costado, que conecta a un espacio en el que están ubicadas las escaleras y ascensores que llevan a los niveles superiores, los cuales albergan oficinas y servicios. La fachada consta de un primer nivel de doble altura con recubrimiento en piedra y acanaladuras horizontales; sobre este se dispone un volumen superior con el mismo revestimiento, con un remate conformado por un piso enmarcado por cornisas y un piso adicional de mansarda con ventanas rectangulares horizontales, construido posteriormente durante la segunda mitad del siglo XX. Toda la fachada está organizada a partir de 10 ejes de vanos: el segundo piso consta de vanos de ventanas pareadas, con excepción de los ejes de los extremos, que cuentan con una sola ventana, mientras que en el octavo piso estos vanos son en arco de medio punto. El sistema estructural es de columnas, vigas y entrepisos de concreto con muros de mampostería de ladrillo, con revestimiento de pañete y pintura. El interior posee ornamentaciones en yeso, las escaleras y pisos son en cemento, cerámica industrial y tabletas de mármol. Carpintería de madera y metal.

Los períodos corresponden a la clasificación propuesta por el Manual de inventario Inmueble expedido por el Ministerio de cultura. Las épocas y siglos identificados en las fichas son aproximados, clasificados de acuerdo con sus caraterísticas del lenguaje arquitectónico, estructura y materiales correspondientes. No obedecen a un estudio exhaustivo de cada inmueble, su precisión será realizada por el estudio histórico que se exija en la presentación de requisitos para su intervención.

Inmueble construido en 1926, correspondiente al período de la Transición y se emplaza en una manzana surgida durante el periodo Colonial. Presenta una influencia del estilo de la arquitectura norteamericana, expresada en el lenguaje de los primeros rascacielos de la escuela de Chicago a comienzos del siglo XX. Destinado para oficinas y sede del Royal Bank of Canada, mantiene su uso original de servicios. Es de propiedad horizontal. Fue diseñado por el arquitecto Alberto Manrique Martín por encargo de Germán Cubillos, de la firma Cubillos & Co. Se evidencia la construcción de un piso adicional con un lenguaje diferente, lo cual deformó la apariencia original del edificio y la estructura de cubierta. Se observa un estado de deterioro en una de las esculturas del frontón de uno de los accesos laterales. No se conocen datos de solicitudes de intervención ni de antecedentes de archivo.

Valor histórico: Inmueble construido en 1926, correspondiente al período de la Transición. Presenta una influencia del estilo de la arquitectura norteamericana, expresada en el lenguaje de los primeros rascacielos de la escuela de Chicago a comienzos del siglo XX. Es de fácil lectura en su tipología original y lenguaje arquitectónico gracias a su buen estado de conservación, con pocas, pero significativas intervenciones, como la construcción de un último piso de acuerdo a un lenguaje contemporáneo, con el que se modificó su apariencia. Fue diseñado por el arquitecto Alberto Manrique Martín, quien implementó nuevas técnicas constructivas en concreto, lo que le otorgó el título de ser el edificio más alto de Bogotá por casi 20 años.

Valor estético: De acuerdo con lo descrito y su valoración histórica, el inmueble puede leerse de forma integral a pesar a sus modificaciones. Es una edificación representativa de la arquitectura comercial y de servicios del siglo XX, de la influencia del lenguaje arquitectónico de la Escuela de Chicago y de los avances técnicos de la construcción de ese periodo, así como de la consolidación urbana de la época, en la que el sector desempeñaba un papel sobresaliente como imagen de la ciudad moderna de ese entonces, en torno al eje de la Av. Jiménez.

Valor simbólico: El inmueble hace parte del conjunto urbano que define el Centro Histórico, representa la imagen de la ciudad consolidada durante la primera mitad del siglo XX. Está vinculado con el auge de las firmas de arquitectos y constructores que se enfocaron en aspectos funcionales y técnicos, influenciados por la arquitectura norteamericana.